17 de febrero de 2012

Sensaciones agridulces en Boa Nova


Recientemente estuvimos en Oporto de viaje, y no quisimos perder la oportunidad de ver una de las primeras grandes obras de Alvaro Siza, el Restaurante Boa Nova, en Leça de Palmeira.
 Tras un largo paseo por la costa, donde pudimos ver las Piscinas de Marés (cerradas y sin agua no se disfrutan tanto), llegamos al restaurante. Y al poco de llegar la ilusión que llevábamos se vio ensombrecida cuando contemplamos el estado de conservación en que se encontraba. En su fachada al mar parte del frente de la cubierta había perdido las tejas y una de las aberturas superiores se encontraba tapada con unas telas a modo de parches, seguramente para impedir la entrada de agua por la lluvia.
Después dimos la vuelta y nos acercamos más al edificio y pudimos apreciar como la madera de la cubierta y las ventanas estaba muy deteriorada debido al ambiente marino y al paso del tiempo (más de 50 años). Además la estructura de hormigón también se ha visto afectada por estos factores y los pilares presentaban grietas e incluso desprendimientos del hormigón que dejaban la armadura vista.
Pero no todo fueron malas sensaciones. El interior se encontraba en un estado de conservación excelente, el mobiliario te recuerda la época en la que se construyó, y la combinación de materiales y vistas hacen que el restaurante siga siendo un lugar acogedor y tranquilo como lo era en su origen.


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