Esta vez queremos compartir algunas pinceladas de lo que ha sido la investigación llevada a cabo durante 8 meses y que concluyó en el mes de mayo con la defensa del Trabajo Final del Máster en Conservación del Patrimonio Arquitectónico de la Universitat Politècnica de València titulado "Estudio de las casas-cueva de La Romana". Dicho trabajo de investigación fue llevado a cabo por la autora de este post, Alicia Martínez Antón.
La arquitectura excavada es una arquitectura tradicional, sin arquitectos, cuya construcción se realiza sustrayendo material, de manera que con esta única acción queda resuelta la casa completa con su fachada, muros y cubierta.
Las referencias a cuevas habitadas en Andalucía empiezan a finales del siglo XV. En el último tercio del siglo XVI tuvo lugar la expulsión de los moriscos, quienes llevaron este tipo de vivienda, que ya utilizaban en sus lugares de origen, a zonas de Castilla La Mancha (Urdiales, 1987).
Pero el fenómeno del hábitat excavado, con sus características actuales, responde a factores socio-económicos y es, fundamentalmente a lo largo del siglo XIX y primera mitad del XX, cuando las casas-cueva se expanden en gran parte de la Península, coincidiendo con etapas de inmigración masiva a las ciudades, donde ha habido un rápido desarrollo de la explotación agraria o la industria y el consiguiente aumento de la población. Se trataba, generalmente, de una población muy pobre con necesidades de vivienda económica. En este caso la casa-cueva resultaba muy asequible, pues era la propia familia quien excavaba su vivienda, en ocasiones con la ayuda del "maestro de pico" o "maestro cuevero". Esto permitía adaptar la casa a las necesidades familiares y añadir habitaciones excavadas si aumentaban los miembros de la familia.
La arquitectura excavada depende de la configuración superficial del terreno y de sus características geológicas, sólo puede ejecutarse en suelos fácilmente excavables, cohesivos, con poca humedad e impermeables (Aranda, 2003). Estas características se dan sobre todo en geologías de depósitos de rocas sedimentarias.
Los asentamientos de casas-cueva se encuentran generalmente en zonas de clima árido y cálido con precipitaciones escasas que nunca sobrepasan los 400 - 500 mm. anuales. También se encuentran en las regiones de clima continental con temperaturas extremas, donde la vivienda excavada protege del exceso de calor y frío y de los fuertes vientos.
La investigación realizada
En la provincia de Alicante están documentadas o al menos identificadas y localizadas casas-cueva en Alfafara, Crevillente y Rojales. Estos tres núcleos son sin duda los más importantes de la provincia. Existen, sin embargo, numerosos grupos de viviendas excavadas habitadas en la actualidad en diversos municipios de la provincia, entre ellos, algunos de la comarca del Vinalopó Medio (La Romana, Monóvar, Novelda, Pinoso, Algueña, Hondón de los Frailes y Hondón de las Nieves). De éstos últimos apenas se conoce su existencia más que por los propios habitantes de la zona.
Los límites geográficos del área de estudio se han definido a partir de datos geográficos. Se ha considerado el área triangular que forman las Ramblas de Tafara y de La Romana. Esta zona, como ya se ha comentado, incluye dos poblaciones, La Romana y Monóvar. Geográficamente el área se encuentra delimitada al oeste por el Cerro de la Cruz, al sur por la Rambla de La Romana, el este por la extensión de tierra que bordea la Rambla de Tafara y al norte por la Sierra de las Pedrizas.
Las casas-cueva de la zona de estudio no figuran en la bases de datos catastrales como viviendas, sino que aparecen como suelo rústico con uso agrario o improductivo. Debido a la escasa información sobre la localización y ubicación de los distintos grupos de casas-cueva, la primera fase de la investigación ha resultado compleja, prolongándose durante un mes.
La búsqueda se ha realizado mediante la inspección de fotografías aéreas obtenidas del Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (SIGPAC), explorando la zona con ayuda de los planos catastrales de rústica y lo más importante, con la información proporcionada por los propios habitantes de la zona.
Se han localizado y documentado nueve núcleos de casas-cueva y una cueva aislada.
Una vez localizados los distintos núcleos, se han numerado las cuevas y clasificado en grupos dentro de cada núcleo para una mejor identificación de las mismas.
Se ha realizado un estudio de campo general en el que, para cada cueva, se han tomado los siguientes datos:
- Año de construcción.
- Orientación del acceso.
- Modo de acceso.
- Tipo de agrupación.
- Tipo de terreno.
- Tipo de asentamiento.
- Características de los elementos externos (fachada, antepecho, cubierta, construcciones adosadas, chimenea, lumbrera, patio interior y urbanización).
- Estado general de conservación.
- Grado de utilización.
A partir de un análisis de estos datos generales se han seleccionado los casos de estudio empleados para analizar las casas-cueva de esta zona desde tres ámbitos:
- Estudio geológico.
- Estudio topológico y arquitectónico.
- Estado de conservación.
- Condiciones bioclimáticas.
Aquí os dejamos algunas imágenes de las casas-cueva de La Romana.
Y a modo de conclusión esta pequeña apreciación de D. Francisco G. Seijo Alonso:
Casi siempre suele ocurrir que, hasta que llegamos muy cerca de ellas, no nos apercibimos de su presencia, si antes no nos hemos percatado de la chimenea que surge de la tierra.
Francisco G. Seijo Alonso, 1973
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